Analizamos el impacto que las políticas agrícolas europeas han tenido en la agricultura familiar portuguesa y las expectativas que existen en Portugal con respecto a la nueva PAC 2023-27 para apoyar este modelo agrícola.
Portugal es un país de sistemas agrícolas diversificados, que van desde granjas a gran escala y de alta rotación hasta la agricultura familiar tradicional. El profesor Francisco Cordovil, profundo conocedor de la realidad agrícola y rural portuguesa, en un libro reciente sobre Agricultura y Política Agrícola, señala la existencia de cuatro tipos de agricultura: agricultura agroindustrial, agricultura a gran escala con una base territorial , pequeña y mediana agricultura familiar en mercados y pequeña agricultura familiar (también conocida como agricultura de subsistencia o de proximidad).
Las nuevas Políticas Agrarias Comunitarias (PAC 2023-27), que se encuentran en proceso de estudio y formalización por parte de los Estados miembros para su posterior implementación, vuelven a afrontar el reto de garantizar la supervivencia de las explotaciones familiares, dado su importante papel en la estructuración del territorio y como instrumento indispensable para mantener vivo el paisaje rural.
A pesar de la importancia de este modelo familiar para el territorio, históricamente estas explotaciones familiares se han visto obstaculizadas en la distribución de los fondos europeos. “Los diferentes modelos de agricultura son todos importantes, pero las explotaciones familiares fueron claramente subestimadas y apoyadas en menor medida por los instrumentos de la Política Agrícola Común”, dice Artur Cristóvão, profesor de la Universidad de Trás-os-Montes y Alto Douro.
Tanto la viticultura como la fruticultura fueron dos de los campos en los que la PAC contribuyó directamente al mantenimiento de este modelo familiar que aún pervive en Portugal. Las inversiones con fondos europeos permitieron modernizar y apoyar a ambos sectores para que siguieran siendo un modo de vida competitivo para muchas familias. Sin embargo, como señala el profesor Artur Cristóvão, “no podemos ignorar los aspectos muy negativos de las políticas agrícolas europeas en relación con la agricultura familiar. La falta de equidad entre explotaciones, territorios y agricultores ha penalizado mucho a la pequeña y mediana agricultura familiar en Portugal en los últimos años”.
La agricultura familiar y la PAC
En Portugal, la agricultura familiar quedó atrás incluso con el apoyo de la PAC, lo que podría haber sido una forma de garantizar su supervivencia.
En general, en Portugal (continente) alrededor de 4 de cada 10 explotaciones no reciben ninguna ayuda de la PAC. Si se consideran los pagos directos a los agricultores, que corresponden al 48 % del gasto público de la PAC, el 2 % de los beneficiarios reciben más de un tercio del total, y las pequeñas explotaciones, que corresponden a alrededor del 90 % de los beneficiarios, reciben menos de un tercio. “Tenemos una situación de gran exclusión y gran desigualdad entre los agricultores”, reconoce el catedrático.
La nueva PAC en Portugal tiene como objetivo apoyar la agricultura familiar y un reparto territorial más equilibrado de las ayudas
Otro de los problemas de larga data del país con las ayudas de la PAC es la desigualdad territorial de pagos. Como también señala el profesor Francisco Cordovil, existe una clara falta de equidad territorial en la distribución de los pagos directos. Así, en 2018, el 50% de los fondos recibidos en el país luso fueron para el Alentejo, zona donde predominan los agronegocios y la agricultura de gran escala y de base territorial. Sin embargo, ese año, sólo el 15,7% de los fondos terminaron en Entre Douro, Minho y Beira Litoral, lugares donde prevalece la pequeña y mediana agricultura familiar y la pequeña agricultura familiar.
Nueva PAC, nuevas oportunidades
La nueva PAC, que aún debe tramitarse y adaptarse a la realidad de cada Estado miembro, podría convertirse en una nueva oportunidad para favorecer la agricultura familiar. “La PAC puede ser un instrumento útil, pero se deben tomar decisiones políticas adecuadas a nivel de cada Estado miembro para ayudar a corregir las diferencias y exclusiones”, dice el profesor Artur Cristóvão.
Sin embargo, para lograr este objetivo y así apoyar a la agricultura familiar, como señala, “no se puede tomar este camino sin reducir la influencia y el poder de los grandes beneficiarios del apoyo de la PAC en la burocracia estatal, y sin aumentar la transparencia de los procesos. negociación y toma de decisiones”.
El Ministerio de Agricultura de Portugal destaca el papel de la pequeña y mediana agricultura, así como de la agricultura familiar, como esenciales para la cohesión territorial y para la ocupación de territorios vulnerables: Artur Cristóvão, profesor de la Universidad de Trás-os-Montes y Alto Douro
Así, si bien la nueva PAC es una nueva oportunidad, existe un número significativo de decisiones a nivel nacional que pueden condicionar su implementación y su éxito en la preservación y fortalecimiento de la agricultura familiar. Como señala Artur Cristóvão, se necesitan diagnósticos más precisos y políticas negociadas con los socios de la agricultura familiar, como sus Confederaciones.
Algunos de los cambios para tratar de fomentar la continuidad de las explotaciones familiares se presentan en el Manifiesto en Defensa de la Sostenibilidad de la Agricultura Portuguesa. El documento defiende la importancia de los principios básicos en la negociación del Plan Estratégico para la agricultura portuguesa con la Comisión Europea. En este sentido, una de las prioridades es promover una distribución más equilibrada de los fondos entre agricultores, culturas y políticas, aprovechando mejor los instrumentos existentes y fortaleciendo el desarrollo rural.
Otra prioridad es garantizar estructuras para apoyar a los agricultores en la preparación de solicitudes y proporcionar asistencia técnica adecuada. También indica que las cláusulas asociadas con el medio ambiente, la eficiencia de los recursos y el clima y el desarrollo local, en particular la producción orgánica, la producción integrada y las cadenas cortas y los mercados locales, deben fortalecerse significativamente en comparación con el Programa de Desarrollo Rural actual.
En definitiva, como afirma el Manifiesto, es necesario “aprovechar la mayor libertad de acción prevista en la PAC para lograr una mayor ambición y realismo en los instrumentos de retribución de los servicios ecosistémicos, con contratos a más largo plazo que promuevan el cambio en en consonancia con los objetivos de la política ambiental y otras políticas sectoriales”.
Por su parte, la ministra de Agricultura, Maria do Céu Antunes, destaca el papel de la pequeña y mediana agricultura, así como de la agricultura familiar, como fundamentales para la cohesión territorial y para la ocupación de territorios vulnerables. Una de las líneas de apoyo que prevé el Ministerio en el Plan Estratégico de la PAC 2023-2027 son las medidas para fomentar la incorporación de jóvenes al sector, así como la renovación y apoyo a las pequeñas inversiones en explotaciones agrarias y la discriminación positiva a favor de explotaciones familiares en la concesión de ayudas.
Artículo publicado originalmente en Voz do Campo