Las ayudas de la PAC y el sector lácteo en la Eurorregión Galicia – Norte de Portugal

Analizamos la evolución del sector lácteo en la Euroregión Galicia-Norte de Portugal y la importancia de las ayudas de la PAC en su desarrollo

La Eurorregión Galicia – Norte de Portugal comparte muchas similitudes, también en su importante especialización en la producción de leche de vaca. En este sentido, desde su entrada en la Unión Europea y desde la implantación de las ayudas de la PAC las dos regiones han experimentado una evolución muy parecida en incremento de la eficiencia en las ganaderías de vacuno de leche, gracias en buena medida a la modernización de las explotaciones que posibilitaron las ayudas comunitarias.

En el caso de Galicia el sector lácteo es el principal motor económico del rural gallego. En el 2021 la comunidad siguió incrementado su producción en un 3,44% hasta rozar los 3 millones de toneladas de leche de vaca producidas, lo que representa el 40% de la producción de toda España y la consolida como la novena región productora de la Unión Europea. Con un precio medio de 0,33 euros el litro, solamente por la venta de leche en origen el sector lácteo facturó unos 1000 millones de euros el pasado año.

Este incremento de la producción y de la eficiencia de la producción láctea gallega, especialmente acusado tras el fin de las cotas lácteas en el año 2015, vino acompañado por una profunda reestructuración del sector productor.

Así, según los datos del Fondo Español de Garantía Agraria (FEGA) y del Ministerio de Agricultura, el número de granjas con vacas de leche en Galicia pasó de cerca de 100.000 en el momento de la incorporación de España a la entonces Comunidad Económica Europea (CEE) en el año 1986 a unas 28700 en el año 1997 y a solamente 6361 explotaciones con entregas de leche en enero de este 2022.

Sin embargo, la producción láctea en Galicia se multiplicó en este período: de los aproximadamente 1,3 millones de toneladas que producía la comunidad en los años 80 pasó a 1,9 millones de toneladas en 1994, a 2,6 antes de la liberalización de las cuotas lácteas en 2015 y a casi 3 millones el pasado 2021.

Todo este incremento se hizo gracias a una mejora de la eficiencia del sector productor: menos explotaciones pero de mayor tamaño y con vacas más eficientes. Sirva como ejemplo, que según el informe “Estructura del sector vacuno lechero de España: 2016-2020”, elaborado por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, Galicia fue la comunidad que más ha aumentado su producción media por vaca en los últimos años. En concreto, un 11% más que en 2016 hasta situarse en 2020 en los 8804 kilos por animal y lactación, mientras que en el conjunto de España en 2020 la media fue de 8.881 kg/vaca, con una subia del 7%. Paralelamente el tamaño medio de las granjas en Galicia también aumentó hasta una media de 45 vacas en ordeño, aún lejos de las 64 de la granja media española.

El sector lácteo en el Norte de Portugal

Al igual que ocurre en Galicia, el sector lácteo es, junto con el vitivinícola, el principal motor económico del sector primario en la región Norte de Portugal.

Así, según los datos del Instituto Nacional de Estatística portugués en 2021 había 7860 ganaderías de vacuno de leche, ocupando el primer puesto las islas Azores, con 3542 granjas y 206.174 vacas de leche y en Portugal continental la región más especializada en la producción láctea es la Norte, con 2355 explotaciones y 176.452 animales, seguida por Alentejo, con 494 granjas y 116.627 animales.

Al igual que sucedió en Galicia durante las últimas décadas el sector productor ha experimentado una profunda reestructuración: desde 1989, según los datos del INE desaparecieron casi 100000 explotaciones y el número de vacas de leche también experimentó una caída de más de 140.000 animales.

Sin embargo, el mismo tiempo la producción de leche en Portugal se duplicó, pasando de las 970.000 toneladas de 1980 a las algo más de 2 millones de toneladas producidas el pasado 2021. Y al igual que en Galicia esta reestructuración fue acompañada de un incremento del tamaño de las granjas (de 4 vacas de media en 1989 a 34 en 2013) y también de un notable incremento del rendimiento medio por vaca.

Para lograr esta mejora de la eficiencia fue clave la modernización de las explotaciones lácteas en la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal, con la construcción de establos que permitieron un mayor bienestar animal, salas de ordeño que mejoraron la rapidez del proceso o maquinaria agrícola que ayudó a un mejor aprovechamiento de la superficie agrícola para cultivo de forrajes. Y esta enorme inversión realizada contó en muchos casos con las ayudas de la Política Agraria Común.

Evolución de las ayudas de la PAC al sector lácteo

Tal y como destaca el investigador Diego Conde en su estudio “O sector lácteo en Galicia: dinámica recente e perspectivas nun mercado liberalizado”el sector lácteo es un ejemplo de como la PAC se fue adaptando a la evolución del sector, pasando de fuerte intervencionismo en la década de los 80 y 90 para fomentar la producción láctea en la Unión Europea y garantizar unos precios que cubriesen los costes de producción a las ganaderías, a una progresiva liberalización del mercado.

En lo que se refiere al sector lácteo, la reforma de la PAC de 2003 inició el camino hacia la eliminación del sistema de cuotas introducido en 1984, y aprobó además una fuerte reducción de los precios de intervención de la leche en polvo y la mantequilla; poniendo así en marcha a progresiva liberalización del mercado lácteo en la UE (López, et al 2004). Este camino fue posteriormente confirmado por el llamado Examen de salud de la PAC aprobado a finales de 2008, donde se acordó un incremento progresivo de la cuota láctea asignada a cada Estado en el período 2009-2013, como aterrizaje suave para la eliminación de las cuotas a finales de la campaña 2014-2015”, explica Diego Conde en su trabajo. La PAC 2016-2020 se caracterizó por tanto por la liberalización de la producción en la UE, manteniéndose solamente como red de seguridad la compra por parte de la administración pública de productos lácteos como medida de intervención en situaciones de crisis de pecios, como sucedió en los años 2015 y 2016.

En cuanto a las ayudas a las explotaciones la nueva PAC 2023-2027 consolida la supresión del pago único a las granjas, ya aplicado en la anterior reforma de la PAC, de forma que las ayudas directas se substituyen por diferentes tipos de pagos, cada vez más condicionados a prácticas respetuosas con el medioambiente y que contribuyan a la reducción de emisiones de CO2 y de otros gases contaminantes. Además, se inicia una tendencia a la igualación de las ayudas por hectárea, fomentando una extensificación de la ganadería.

En este sentido, las explotaciones de vacuno de leche de la Eurorregión Galicia-Norte de Portugal pueden verse claramente perjudicadas a la hora de recibir ayudas de la PAC, especialmente aquellas más intensivas y que cuentan con menos base territorial.

Javier Iglesias (Unións Agrarias): «La PAC fue trascendental para el desarrollo del sector lácteo gallego»

Las explotaciones de vacuno de leche de Galicia reciben cada año alrededor de 170 millones de euros en ayudas de la Política Agracia Común (PAC), una aportación que en palabras de Javier Iglesias, responsable de Política Agraria de Unións Agrarias, “fue trascendental para el desarrollo del sector lácteo gallego”.

La gran inversión en planes de mejora para la modernización de las granjas fue posible en gran medida gracias al dinero de la PAC que llega a cubrir hasta el 50% de la inversión”, destaca.

En todo caso, reconoce que “es cierto que hubo efectos negativos puesto que el sistema de cotas limitó la producción hasta el 2015, impidiendo que muchas granjas gallegas pudieran crecer, y obligándolas a comprar cuota para poder hacerlo”.

En todo caso -añade- una vez eliminadas las cotas creo que todos las echamos de menos porque mantenían el precio de la leche en el campo”. Con respecto a la fuerte pérdida de explotaciones, Javier Iglesias lo atribuye más “a la falta de base territorial y de ordenación de la misma, que hace que el coste de alimentación sea más elevado y limita el crecimiento de las granjas”.

 

Artículo publicado originalmente en Campo Galego.

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